FERRARA, CIUDAD RENACENTISTA, Y SU DELTA DEL PO
PATRIMONIO CULTURAL
Quizá Ariosto exageraba, movido por el amor patrio (era de Reggio Emilia, pero ferrarés desde los nueve años), cuando auguraba un futuro de gloria tan brillante para Ferrara. Pero en realidad, para la Ferrara del siglo XV tales ambiciones no eran excesivas. En aquella época, la ciudad de la casa de los Este había alcanzado el papel político y cultural de una gran capital, gracias a su crecimiento urbano, per addizioni, y de prestigio. Al principio no era más que un pueblo lineal, construido en época bizantina y que floreció en la Alta Edad Media no en torno a un eje viario sino, como una ciudad de mar lejos del mar, con hileras de casas-almacenes que daban al entonces curso de agua del río Po di Volano (en la actual Via delle Volte). Ferrara se expandió luego hacia el norte, erigiendo catedrales y fortalezas gigantescas rodeadas de fosos, pero sobre todo fundando nuevas partes de la ciudad conquistando esa llanura planísima que en los días claros puede admirarse entera desde la Torre dei Leoni del Castillo Estense. La expresión más evidente de la grandeza de la Ferrara cantada por Ariosto son estas addizioni, incorporaciones completamente nuevas que se injertaban en el tejido urbano precedente, conquistando enteras extensiones de territorio hasta duplicar, como en el caso de la Addizione Erculea, la superficie de la ciudad. Laboratorio artístico y urbanístico sin precedentes ni comparación, Ferrara es un paradigma de la modernidad y de la experimentación renacentistas, una ciudad que merecía «el prestigio y la alabanza» de toda Italia: la «ciudad del Renacimiento».
IMPRESCINDIBLE
«¡Oh Ferrara! / Cuando los duques dentro de tus muros / Dejen de morar, decaerás y tus / Palacios sin vida no serán otra cosa / Sino ruinas desmoronadas, y la guirnalda / De un poeta será tu única / Corona...»
Conmovedores y románticos, los versos de Lord Byron imaginan una Ferrara tras la caída del ducado; caída que en realidad ya había tenido lugar cuando estos fueron escritos. Y quizá, en aquella época, tenían más sentido de cuanto tienen en la actualidad, pues los palacios «sin vida» de la ciudad son cualquier cosa menos «ruinas desmoronadas». Tampoco es decadente Ferrara; al contrario, transitada apaciblemente por bicicletas y peatones, es una ciudad viva y alegre, en sus callejuelas y en sus plazas, en sus trattorie y en sus tiendas. Y a la bulliciosa vida de las calles, corresponde una que sigue emergiendo del pasado en los palacios. Ferrara es, de hecho, también una ciudad de interiores grandiosos y magníficos, que hablan de una vida vivida de modo hedonista y pleno.
Google Maps
«La tumba monumental en el
cementerio: ese era el único error,
el único pecado –de gusto sobre
todo–, de que se podía acusar a
Moisè Finzi-Contini. Aparte de
eso, nada más.»
El cementerio judío de Ferrara, lugar de recogimiento, paz, parque del descanso y de la memoria, es en cierto modo el jardín de los Finzi-Contini, ya que el jardín de la novela no existe en la realidad. Aquí se encuentra la monumental tumba de la familia, definida en el libro de Bassani como «un verdadero horror». El cementerio es uno de los principales lugares de la memoria de la comunidad israelita de la ciudad, que tanto sufrió durante la Segunda Guerra Mundial. Desde la avenida de acceso parte una vía secundaria hacia la derecha que conduce a la morgue, dedicada a las víctimas de las deportaciones. La mayor parte de las sepulturas datan de los siglos XIX y XX, pero el cementerio tiene una historia mucho más remota. La lápida más antigua tiene fecha de 1549, los documentos atestiguan la existencia del cementerio desde 1626, y en la zona este quedan algunas tumbas del siglo XVIII que escaparon a la destrucción llevada a cabo por la Inquisición en 1755. Las pocas tumbas que datan del Settecento se encuentran en la zona este del cementerio, y además de un gran jardín, en esta área, cerca del muro perimetral, se encuentra también la tumba de Giorgio Bassani, lugar de peregrinación literaria, diseñada y creada por el escultor Arnaldo Pomodoro y el arquitecto Piero Sartogo en 2003.
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Los sitios italianos Patrimonio de la UNESCO se cuentan a través de las palabras de grandes escritores que han celebrado su historia y belleza
Escucha todos los episodiosPARA LOS MÁS JÓVENES
«LE HABÍAN ENVIADO A VENECIA EN MISIÓN DIPLOMÁTICA Y A LA VUELTA HABÍA CAÍDO ENFERMO. ‘ESAS MALDITAS CIÉNAGAS’, PENSÓ. PERO AL MENOS HABÍA CONCLUIDO SU OBRA.»


RECOMENDACIONES DE LECTURA
Recomendaciones de lectura para sumergirse en la ciudad del Renacimiento.
- Orlando furioso, Ludovico Ariosto (1516). En Orlando furioso, arquetipo de la fábula novelesca, se habla de la guerra entre francos y sarracenos, de las locuras de amor de Orlando por Angélica y del origen de la casa de Este, reinante en Ferrara.
- Las peregrinaciones de Childe Harold, George Gordon Byron (1812). En el Canto IV, Lord Byron describe sus viajes por Italia y reflexiona sobre su propio pasado y sus propias experiencias, relacionándolas con observaciones sobre la sociedad y la historia.
- Rime e ritmi, Giosuè Carducci (1899). Alla città di Ferrara es un poema de la colección Rime e ritmi, en el que Carducci subraya con lenguaje cortesano el valor urbanístico y arquitectónico de la «ciudad del Renacimiento».
- Elettra, Gabriele d’Annunzio (1903). Ferrara aparece en la serie de poemas Le città del silenzio, dentro del segundo libro de los Laudi. Ocultas entre versos llenos de nacionalismo, se encuentran las cualidades monumentales y las atmósferas de la ciudad.
- El jardín de los Finzi-Contini, Giorgio Bassani (1962). El jardín no existe en la realidad, pero podría ser uno de los muchos que se esconden tras los muros de Ferrara. En este escenario transcurre la vida de la familia judía Finzi-Contini y la historia del protagonista, enamorado de Micol, mientras arrecian las leyes raciales y la persecución nazifascista.
Para los más jóvenes:
- Anita e Nico. Dal Delta del Po alle foreste casentinesi, Linda Maggiori (2014). En la primera parte de este viaje imaginario en bicicleta, los dos jóvenes protagonistas atraviesan el delta del Po, tanto la parte véneta como la emiliana, encontrándose con numerosos personajes animales y humanos que les ayudarán durante sus peripecias.
- Una luce nel buio, Alessandra Parmiani e Francesco Corli (2018). Desde las brumas de Comacchio, Sante, educado como un pescador, inicia un viaje onírico por las aguas de la ciudad emiliana, siguiendo una luz vislumbrada bajo la superficie.
- Dante Alighieri. Superbo, ambizioso, sprezzante, Paola Cantatore e Alessandro Vincenzi (2021). Entretenida versión sobre la vida de Dante que relata todos sus momentos relevantes, con cierto rigor historiográfico y muchas referencias a la actualidad infantil.
- Francesco e Marcella alla scoperta delle stagioni nel Delta del Po, Silvia Valentina Pasini Ferrari (2023). La historia de la amistad entre Marcella y Francesco, quien se acaba de mudar a un pueblecito del delta del Po y se siente invadido por la melancolía por su lugar de origen. Marcella, a quien conoce en la escuela, conseguirá hacer desaparecer la nostalgia y la tristeza en Francesco, acompañándolo en su descubrimiento de la naturaleza y sus estaciones.

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